Datos que revelan la necesidad urgente de recurrir a los principios activos y no sólo a los genéricos
El gasto de farmacia registró en la primera mitad del año la mayor subida desde 2004
19.08.08 - LAURA FONSECA, GIJÓN, para EL COMERCIO
La factura creció un 6,8% y amenaza con llegar a 347 millones a finales de diciembre.
Cada asturiano consume 22 recetas al año, algo que los expertos tildan de «barbaridad».
En plena crisis económica, el gasto de farmacia amenaza con tener un mal comportamiento, al menos, para los bolsillos del Principado. En la primera mitad del año, la factura destinada a costear medicinas creció casi un 7% en Asturias. En concreto, un 6,8%, la mayor subida de los últimos cuatro años. Los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad revelan que tras años de cierta contención, la partida en fármacos parece querer volver a dispararse.
Entre enero y junio de 2008 el gasto farmacéutico subió por encima de la media. Hay que remontarse a 2004, cuando gastamos un 7,11% más, para encontrar un registro tan elevado como el de la primera mitad de 2008. De seguir así, la factura cerrará el año en 347 millones, la mayor de la historia.
Hablar de medicamentos en Asturias es hablar de población envejecida. En el Principado, el 81% del dinero que se destina a la compra de medicamentos corresponde a pensionistas. Esto supone un peso financiero enorme toda vez que los mayores de 65 años reciben las medicinas a coste cero y es el Principado el que debe correr con la cuenta. Posiblemente, haya sido esta circunstancia en la que se inspiró el consejero de Salud, cuando meses atrás planteó como debate modificar el sistema de copago para incluir a pensionistas de rentas altas en la financiación de medicinas.
Claro que todavía quedan seis meses para revertir la tendencia y hacer los deberes, algo poco sencillo en una región donde la factura en remedios está ligada a un tipo de población altamente envejecida. Además, habrá que sortear los meses de otoño y alguno de invierno, los más alcistas a la hora de hablar de fármacos.
350% en dos décadas
Echando un vistazo a los datos macroeconómicos, no es de extrañar que el gasto de farmacia aparezca como la ’bestia negra’ del presupuesto sanitario y que sea una de las dianas a la que apuntan los economistas cuando hablan de desacelerar la factura en sanidad. Los datos financieros son contundentes: Entre 1990 y 2007, el dinero público destinado a financiar ’adiros’, ’orfidales’ o ’sintrones’ se ha cuadruplicado. Si en 1990 los asturianos desembolsábamos 72,1 millones de euros en medicamentos prescritos por la Seguridad Social, en 2007 fueron necesarios 324,6 millones para idéntico cometido. Es decir que ahora nos gastamos 252 millones de euros más en medicinas que hace 18 años.
Pero hay más. El problema del gasto no sólo es lo que representa para las arcas regionales (en Asturias se lleva el 23,8% del presupuesto sanitario) sino su tendencia a crecer. Aunque bien es cierto que la factura no trepa al frenético ritmo de los 90, el gasto no ha dejado de subir. Tras las medidas del Ministerio de Sanidad -la más notoria fue la del abaratamiento de precios- la factura se ha ralentizado. Es decir, sube, pero menos.
Sin embargo, los economistas no bajan la guardia y siguen viendo al gasto farmacéutico como un enemigo a batir. Y no es de extrañar este temor, máxime si se tiene en cuenta el dato alcista del primer semestre de 2008, que puede ser el indicio de una factura que se acabe desbocando.
Principio activo
Crecemos en gasto pero también en recetas. En un lustro, los asturianos han pasado a demandar 4 millones más de prescripciones. En 2007, los médicos tramitaron 22,7 millones de recetas, un 5,5% más que el año anterior. Esto significa que cada asturiano consume unas 22 recetas al año, lo que los expertos califican de «auténtica barbaridad».
¿Qué hacer ante este desolador panorama? Las autonomías vienen ensayando diversas fórmulas. El obstáculo estriba, dicen, en que la capacidad normativa recae en el Ministerio de Sanidad, por lo que los gobiernos autonómicos están atados de pies y manos. Con todo, el mejor ejemplo está en Andalucía, una de las pocas comunidades que ha logrado poner coto a su factura. Lo ha hecho gracias a la generalización de las recetas por principio activo, que no es otra cosa que prescribir fármacos sin referencia comercial alguna y que son mucho más baratos.
En el Principado, de momento, la prescripción por principio activo no ha sido activada. Eso, pese a que fue anunciada en mayo de 2007. Salud ha querido apostar por los genéricos. El problema es que no todos los fármacos comerciales tienen un bioequivalente genérico lo que limita su aplicación.
Las medicinas para el cáncer se llevan el 10% de todo el presupuesto
La factura farmacéutica no sólo lo componen 'lexatines', 'omeprazoles' o 'nolotiles'. En la extensa lista de medicamentos que mayor gasto económico generan están también los destinados a tratar el cáncer, que suponen cerca del 10% del gasto de farmacia.
Según aparece en la Memoria Anual del Sespa, en 2007 se destinaron a fármacos oncológicos 31,7 millones de euros. De éstos, 21 millones procedieron de pacientes hospitalizados y 10,7 de enfermos ambulatorios.
Amén del cáncer hay otros fármacos, mucho más conocidos por la población, que forman el 'top ten'. Son los analgésicos y los ansiolíticos, con cerca de 2,5 millones de cajas vendidas, los que hacen que la factura crezca de forma imparable desde hace 20 años. Entre los más consumidos está el Adiro, con unas 312.000 recetas al año, seguido de Orfidal (tranquilizante), con 258.000 prescripciones y el Lexatín (antidepresivo), con 250.000. Entre los que más dinero se llevan, el Plavix (antiagregante) con 5 millones de euros, el Spiriva (bronquios), con 3,5 millones y el Seretide (también bronquios), con 2,6 millones.
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